Al parecer es un millonario muy ocupado, con lo cual, esta visita supone una verdadera novedad. Durante toda la semana estuvimos acondicionando la oficina para que se viera más acogedora. Pusimos fotos para decorar, cestas con plantas, etc. Pero un día antes de su llegada, nos enteramos de que no pasará por la oficina, sino que el presidente irá directamente a un hotel en Londres (5 estrellas, por supuesto). Tengo que reconocer que esta experiencia me ha recordado a dos referencias cinematográficas: Bienvenido Mr. Marshall, y El jefe de todo esto, comedia de Lars Von Trier (sí, comedia, que los daneses también tienen sentido del humor).
Me sentí como una paleta de la peli de Berlanga, compartiendo con mis compañeros la ilusión y los preparativos para recibir a la comitiva japonesa. Pero pasan de largo, ajenos a nuestro esfuerzo... En época de rescate, no puedo evitar recordar los tiempos del Plan Marshall y cómo irónicamente podrían ser ahora los japoneses quienes acabaran prestándonos el capital para salir de la crisis...
Sin embargo, cuando ya no los esperábamos, ¡se presentan por sorpresa! El presidente con el asesor de finanzas, el de marketing y un par de amigos. La frase de mi compañera Carmela en Facebook resume muy bien la estampa: "Mr Dogo and Mr Tsanada are coming next week directly from Japan... And I feel like in a Takeshi Kitano's movie".
Afortunadamente en la oficina íbamos elegantes para acudir directamente a la salida del trabajo a la cena en Londres con ellos. Restaurante italiano en el centro, Babbo, unas 30 libras de media por plato principal. ¿Cómo me lo iba a perder? Creo que no tendré muchas ocasiones en la vida de acabar cenando en restaurantes careros, así que aproveché y disfruté de probar tantas exquisiteces y sabores nuevos. Antes de sentarnos a la mesa, Carmela y yo comentábamos cómo deberíamos distribuir los asientos y creíamos que sería de forma jerárquica. Pero acabé sentada en el centro de la mesa, con Mr. Dogo en frente y mi jefe al lado... ¿Quién dijo miedo?
Para quien no haya visto El jefe de todo esto, la recomiendo. La anécdota anterior me hizo recordar el argumento de la peli:
"El dueño de una empresa de servicios informáticos desea venderla, pero, durante años, había fingido que el dueño real vivía en Estados Unidos y se comunicaba con sus empleados sólo por e-mail. De esa manera, todas las decisiones erróneas podían ser atribuidas al jefe ausente. Sin embargo, el posible comprador insiste en conocer al presidente en persona, así que el dueño se ve obligado a contratar a un actor fracasado para que interprete al supuesto jefe" (extraído de Wikipedia).
Espero que Mr. Dogo no fuera un actor contratado por el verdadero presidente de la empresa, que sería en realidad... ¿Mi jefe?
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