miércoles, 26 de septiembre de 2012

La democracia tenía un precio

Hoy, como casi siempre, estaba dispuesta a publicar alguna curiosidad o contenido chorra encontrado en el trabajo para elevar un poco la comisura de vuestros labios en forma de luna creciente (si es que alguien lee esto).

Pero dados los últimos acontecimientos en Madrid, no tengo el cuerpo para frivolidades. Pese a mi formación periodística, no me considero cualificada para analizar la situación política de España, ni creo que vaya a aportar nada nuevo. Este es un blog personal, lo único que conozco a ciencia cierta (y no siempre) son mis sentimientos.

Después de documentarme en Internet con horror de la actuación policial de nuestro país y el respaldo del Gobierno a esta salvajada, se me ha quedado un poso de extrañeza, de irrealidad al observarlo desde cierta distancia. Podríamos ser cualquiera de nosotrxs lxs ciudadanxs pacíficxs y anónimxs que estaban recibiendo una somanta de palos mientras defendían su derecho a manifestarse. Esta mañana me preguntaba por el estado de mis seres queridos, si algún amigx habría recibido leña.

Después, caí en la cuenta de que mi padre es un especímen peculiar que no se pierde un sarao artístico o político. Últimamente anda hecho un artivista. 'Progre aburguesado', como me gusta llamarlo cariñosamente. Pues bien, mi intuición no me ha fallado: me he permitido el lujo económico de telefonearle para recibir noticias de primera mano. Efectivamente, estuvo en la protesta y las hostias de los antidisturbios le llovieron por sopresa, cuando la gente ya se retiraba sin ninguna provocación.

Aquella brutalidad le recordó a los tiempos de Franco. Ahora ya no corremos delante de los grises, el color ha tornado al azul marino. Pero supongo que mi padre, uno de los primeros objetores de conciencia, seguirá tomando antiflamatorios y usando cremas calmantes para las magulladuras, el precio por ejercer de ciudadano en esta "democracia" tan nuestra.

Como emigrante económica que ahora soy, miro con nostalgia hacia Madrid y me pregunto si pronto merecerá la pena volver. Me gustaría estar orgullosa de mis orígenes, pero en estos momentos lo que más conviene es aprender a adaptarse a nuevos lugares que deparen cierta esperanza, pues Spain, No Hope.

2 comentarios:

  1. :( Vaya tela!! Pero como está? Yo le vi el otro dia por la calle. Ah y claro que te leo

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  2. Muchas gracias por responder Marinita, se agradece escuchar alguna respuesta al otro lado de la pantalla. Y eso que sé que no puedes abrir el tipo de contenido de mi blog en tu curro!
    Gracias por interesarte por el estado de mi padre, que debe ser omnipresente, porque todo el mundo se lo encuentra! Dolorido, pero nada grave. Volveré a contactar con él el fin de semana. Es curioso que me instinto me hiciera sentir que le habían pegado en la mani...

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