lunes, 6 de agosto de 2012

En busca de la habitación perfecta

Ser una mujer exigente es difícil de compaginar cuando quieres encontrar una habitación para mudarte antes de empezar el curro. En tres días llevo cinco visitadas, pero hay poca oferta. Una muy pequeña, otra en casa sucia, otra muy cara, otra muy lejos y otra reuniendo todas las características anteriores. Es una ardua tarea la de conseguir la unión del tópico bueno-bonito-barato.

Sólo pido cierta amplitud (para que quepáis las futuras visitas, lo hago por vosotrxs), cercanía al curro (la mayoría están a 40 minutos a pata, y sí, es ejercicio, pero cuéntamelo en invierno...), y finalmente, un precio razonable, es decir, que no supere la mitad de mi sueldo básico.

Luego hay que fijarse en los detalles, a menudo pegas extra (que no pagas-extra): una capa de polvo de meses, baños enmoquetados, caseras rancias, humedades, etc. Y encima, cuando me decido por la casa más adecuada (propietaria simpática, habitación grande y luminosa, precio asequible, decoración acogedora), resulta que se me han adelantado en reservarla. Cómo jode eso. Lo digo así, con todas sus letras. Esta visto que el que no corre, vuela...

Las Olimpiadas tampoco facilitan este cometido (al parecer las competiciones de remo se celebran en Windsor), porque mucha gente sube los precios de alquiler para estas fechas. Habrá que esperar a que terminen... Nunca había deseado tanto que se acabara un evento deportivo, ni siquiera con los partidos de fútbol en que los hinchas (y no tan hinchas) aprovechan para arrebatarnos el sueño.

Afortunadamente tengo un buen margen de alojamiento gratuito hasta encontrar algo mejor, aunque la mudanza me pillará trabajando. ¡Crucemos los dedos para que haya suerte en la búsqueda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario