Revisando los enlaces que guardo de lo más bizarro que me encuentro en el trabajo, me apetece dedicar esta entrada a
un par de objetos dispares, pero que tienen en común su
originalidad.
El primero, cómo no,
el manido dildo en este blog. Esta vez, los productos vienen de
un sex-shop alemán, aunque bien podrían parecer sacados de una huerta. Réplicas vegetales, juguetes mucho más higiénicos que las hortalizas originales, dónde va a parar... ¡El onanismo vegetariano nunca será lo mismo!
Y para variar, traigo otra frikada diferente, esta vez,
gafas de diseño (que los que me conocéis sabéis que me pirran). Extravagantes éstas, eso sí. Son de
A-morir. He escogido mis preferidas o las que podría ponerme, pero podéis encontrar más modelos en la web.